Empezando por las armas de mano, la lanza era el arma más básica de la infantería, desde jabalinas hasta picas, de hierro y con añadidos de bronce. Era común el uso de ballestas y dardos de hierro para la infantería de proyectiles y por supuesto hojas de hierro o bronce de espadas o puñales. En el caso de las espadas estas medían unos 50 cm contando la empuñadura y presentaban una acanaladura central y doble filo, diferenciándose notablemente de la cimitarra árabe, aunque las fuentes musulmanas hablan de hasta 3 tipos diferentes de espadas.
Fuente: Cantigas de Santa Maria Fuente: Google
Las diferencias entre caballería e infantería era fundamentalmente de equipo, ya que la caballería emplea las mismas lanzas y espadas, exceptuando a los soldados de caballería ligera de proyectiles, que usaban arcos y solían ser mercenarios bereberes.
En cuanto al equipo defensivo era común el casco cónico procedente de Oriente, y las mallas de hierro para proteger el cuerpo. Como útiles defensivos o de apoyo tenemos escudos redondeados y acicates punzantes para azuzar a las monturas, asimismo también se asimila las hebillas, cintos y fíbulas como material cultural bélico.
En cuanto a las armas de asedio dejamos un link de una página del Trebuchet Park, de armas de asedio, dirigido por Ruben Sáez, un trabajo excelente, del cual como no quiero parafrasear resumiré en unas pocas lineas: Entre la panoplia de maquinas de asedio tenemos tanto armas arrojadizas (balistas, catapultas, onagros...) como armas de choque (arietes y torres de asedio) y defensas móviles para proteger a los soldados y las propias maquinas, estos artefactos (shabakah) presentaban un marco vertical del cual se pendían unas láminas de cuero y malla atadas con imperdibles de hierro y cuerdas, de forma que tapase un amplio sector y soportase golpes de armas arrojadizas y sobretodo el fuego al poner cuero en la capa exterior.
Entrando en la poliorcética, esto es el arte de asediar ciudades, observamos que no es tan importante en la Edad Media, ya que la estrategia era rendir castillos y fortificaciones hasta rendir la ciudad por hambre. Sin embargo sí hubo asedios, y de hecho la muralla árabe de Murcia no resistió uno sino tres asedios contra los almohades en época del Rey Lobo.
Por último volvemos a la propuesta original de integrar al centro un expositor de armas y equipo bélico, comprando réplicas y una vitrina grande que se expondría junto a la actual vitrina de cerámica islámica, y en cuanto a las maquinas de asedio podría organizarse un mini-parque en la plaza de Santa Eulalia, de esta forma atraeríamos al publico casual que pasase por la calle fruto del azar. Como decía Freeman Tilden, padre de la Interpretación del Patrimonio, la presencia del objeto a interpretar y difundir es obligatoria.
Las Navas de Tolosa (1212)
Fuente: Wikimedia Commons
Bibliografía:
- ALEXANDER, D.; "Jihad and islamic arms and armour" Gladius, XXII, 2002, 201-234 pp.
- MORIN DE PABLOS, J., "Un guerrero andalusí de época taifa" Arqueología Militar, 2005, XXVII, 58-61 pp.
- ROVIRA, J. y CASANOVA, A.; "Armas y equipos en la Marca Superior de Al-Andalus. El reducto rural islámico de Solibernat (Lérida) y su panoplia militar en la primera mitad del siglo XII" Gladius, XXVI, 2006, 149-176 pp.
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